¿Cuáles son las características de un agresor?
Las investigaciones han demostrado
que hay una serie de características propias tanto del agresor
como de la víctima. Veamos las más importantes.
El agresor
Características físicas
Suele tener una edad superior a la media del grupo; suele actuar en grupo; es (en su mayoría) varón y suele tener un aspecto físico fuerte e intimidatorio.
Características académicas

El rendimiento escolar es bajo; la actitud general hacia escuela y el profesorado es negativa, aunque suele tener algunas relaciones de
amistad en la escuela.
Características de personalidad
En general, son niños muy ansiosos, agresivos, provocadores, son extravertidos y tienen la autoestima más bien alta. No suelen acatar normas en general, y tienen poco autocontrol.
Otras características de personalidad suelen ser:
la tendencia a la
crueldad; la impulsividad, la inestabilidad emocional, las dotes de liderazgo y
la escasa empatía. Tienden a buscar víctimas fáciles (alumnos aislados
socialmente, física o psicológicamente débiles, poco dispuestos a plantar
cara…) y una “recompensa” en el acoso: extorsión (la víctima
entrega dinero o bienes) y/o humillación.
A menudo justifican la agresión en la
“provocación” de la víctima, o en sus propios prejuicios (mecanismo del
“chivo expiatorio”). Por ejemplo, en el acoso homofóbico.
Los cómplices del acoso encuentran
“diversión” en los episodios de acoso (a veces lo graban con el móvil, por
ejemplo), lo que refuerza su actitud hacia la víctima.
Características del contexto familiar
Tienen una alta autonomía y escaso control por parte de los padres; sin embargo sus hogares no son especialmente desorganizados. En casa suele haber cierto nivel de conflicto, escaso afecto-apego y modelos de conducta violentos y, como en la escuela, suele mantener una actitud negativa en general

En general suelen obtener una aceptación moderada, ya que se muestran muy agresivos pero aún así mantienen muchas relaciones sociales.
El chico causante
del acoso escolar no tiene por qué padecer ningún trastorno de la personalidad
ni enfermedad mental. Sin embargo, si suelen presentar algún tipo de
psicopatología. Los problemas de índole psicológica más frecuentes
entre los niños que ejercen el bullying sobre sus propios compañeros
son los siguientes:
Carencia
de empatía: Sin incapaces de ponerse en el lugar
de su víctima y son
totalmente insensibles al dolor de ésta.
totalmente insensibles al dolor de ésta.
Ansía
de atención: Los agresores escolares desean de forma
enfermiza ser líderes del grupo y ser protagonistas. Ésta es una de
las principales razones por las que se rodea de un grupo y suele
cometer las agresiones en presencia de público.
Gusto
por la manipulación: Los niños que ejercen bullying, por
esa necesidad de protagonismo y poder de la que hablábamos antes, suelen
ejercer la manipulación, para la que muestran un gran talento. Usan esta
capacidad para conseguir seguidores, para convencer a estos de que la victima
merece las agresiones y para parecer inocentes ante los adultos.
Distorsiones
cognitivas:
Los niños agresores interpretan la realidad a su forma, evitando la responsabilidad (que hace recaer en la victima). Gracias a estas distorsiones, el “bully” no siente el menor sentido de culpa.
Los niños agresores interpretan la realidad a su forma, evitando la responsabilidad (que hace recaer en la victima). Gracias a estas distorsiones, el “bully” no siente el menor sentido de culpa.
Debemos señalar, por
último, que la mayoría de las conductas de acoso escolar se dan en adolescentes
entre los 12 y los 16 años. En estas edades, se conjugan múltiples
factores: cambios hormonales, cambios de personalidad, de
conducta… Todos estos factores hacen que los adolescentes se sientan
confusos, buscando su personalidad y su lugar en el grupo. Los niños acosadores
buscarían ese papel a través del protagonismo que ganan en su grupo con las
acciones de acoso.
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